Querida comunidad educativa, como corre el tiempo y a pesar de ello, lo maravilloso es poder contar con aquella parte cerebral que permite tener siempre presente en la memoria aquellos recuerdos vivos de imágenes, olores y sonidos que maravillan nuestro ser y nuestra existencia. Ustedes serán siempre en la eternidad, en el paso de muchos siglos más, esa bella experiencia que marcó mi vida no solo para bien, sino que fueron escuela; tarea perenne dentro de los objetivos propios de su ser y que hacer. Por todo ello mil y mil gracias y que Dios llene de bendiciones a tan hermosa Institución que en esta tarea y vocación de mi vida se convirtió en mi madre que me acogió, me cuidó y me guió para que continuara mi camino con una propuesta de vida ejemplificada en cada uno de sus miembros: desde la cabeza visible, mi jefe por siempre Nancy Yudi Villa y su maravilloso grupo de trabajo, con el perdón de no poderlos nombrar a cada uno de ustedes que llevan un lugar en mi corazón, pero no es desconocido que no puedo pasar por alto el agradecer especialmente a mi hermano del alma Felipe Muños. Queridos estudiantes apropiense, apersonense, amen y tengan sentido de pertenencia por esta institución que vale la pena hacerla nuestra y ser uno con ellla. Que Dios los siga bendiciendo, los extraña y los recuerda Juan Camilo Ruiz Loaiza